CÓMO FAVORECER EL HÁBITO DE ESTUDIO DESDE EL HOGAR.
¿Cómo podemos favorecer ese hábito de estudio desde casa?.
¿Se puede fomentar este hábito en la adolescencia o ya es tarde?.
El hábito de estudio es, como mucha de las rutinas en las que estamos inmersos hoy en día,
una conducta de esfuerzo intelectual que se realiza de forma frecuente, y que su
realización rutinaria permite afrontarla sin esfuerzo y de forma provechosa.
El hábito de estudio comprende varias conductas:
- Mantener un horario relativamente estable de trabajo intelectual.
- Realizar tareas con frecuencia que requieran concentración, memorización, planificación y
aprendizaje de conceptos nuevos.
- Realizar actividades de forma autónoma y sin ayuda directa, por uno mismo.
- Las actividades no tienen por qué estar directamente relacionadas con la escuela, pueden ser
diferentes o de otras disciplinas.
Por ello, el hábito de estudio debe ser autónomo, debe ser mental y debe ser frecuente.
Las clases particulares no ayudan, y hacer los deberes sin estudiar (sólo tareas “de escribir”), tampoco
favorece el hábito de estudio.
En cambio, hábitos como la lectura, realizar pasatiempos en compañía de alguien o tareas plásticas
elaboradas (pintar, realizar puzzles o maquetas, etc) sí pueden ayudar a adquirir un hábito de
concentración y de esfuerzo.
Entonces, ¿cómo podemos fomentar este hábito?.
en los jóvenes: ha de fomentarse desde la temprana infancia.
- Los padres, debemos servir de modelo. Si nosotros leemos, ellos leen. Si nosotros trabajamos en casa,
ellos también lo harán.
- Se debe empezar a fomentar con juegos y actividades lúdicas. Lectura, aactividades creativas, incluso
compartir videojuegos educativos. Todo es bueno para "aprender disfrutando".
- Al principio se deben compartir actividades entre el adulto y los niños. Comenzar a estudiar debe hacerse
de forma guiada, y si es posible, compartida. Se suele hacer cuando son pequeños, pero tambien se puede
retomar en la ESO, para ir progresivamente dejándoles a ellos solos.
actividades como la lectura silenciosa, la concentración en tareas de razonamiento, etc. Y eso se puede
hacer mejor si no hay muchos ruidos alrededor, si no hay distracciones importantes, y si la postura es
adecuada.
No es necesario un lugar de estudio perfecto, puede ser un espacio común que reúna estos requisitos
(una sala, el salón, etc). Aunque los adolescentes prefieren tener su propio territorio, y así también se sienten
más seguros.
estudiar. Lo ideal sería que le motivara intrínsecamente el aprendizaje por sí mismo, pero no siempre es así. Por ello
es conveniente felicitarle cuando cumpla con su horario; premiarle inmediatamente después de estudiar
con una conducta agradable (jugar, dar un paseo, estar con sus amigos), y nunca olvidarse de premiarle verbalmente,
es decir, felicitarle cada vez que lo haga bien. Cada uno puede encontrar la mejor forma de reconfortar a su hijo/a, si
le conocemos bien.
¿Y si le cuesta ponerse?
Igualmente si deseas tener un buen hábito de estudio, no se puede empezar por una saturación, sino fomentar
poco a poco un pequeño esfuerzo diario e intentar ir aumentándolo progresivamente.
¿Qué podemos hacer si “no rinde”?.
buen hábito si no se aprovecha, ya que puede ser hasta contraproducente. Hay que comprobar, manteniendo un
contacto periódico con el instituto, si se aprovecha ese tiempo de trabajo en casa.
Si no aprovecha el tiempo, habrá que limitarle ese tiempo y controlárselo.
Un consejo: estudiar con un cronómetro. Ponle a tu hijo un tiempo limitado para una tarea breve (10 minutos)
y pídele el resultado al finalizar. Así, se puede ir ampliando poco a poco, y limitarle para cada materia un tiempo
(15 minutos por asignatura), con descansos breves (2-5 minutos) por el medio. Planifica la tarde con un
descanso más largo, y así hasta 5 días a la semana. Seguro que en quince días y ha adquirido un mínimo
hábito de estudio, que se irá ampliando progresivamente.
¿Cómo mantener el hábito de estudio?
- Favorecer su autonomía personal (ayudando en casa, realizando tareas diarias, etc.).
- Supervisar sus deberes y tareas diarias. Controlar si las cumple, pedir que nos las enseñe al terminar, o
comprobar su agenda.
- Interesarse por sus estudios y por su futuro. Mantener contacto con los profesores e interesarse sobre sobre su futuro y
sobre todo:
HABLAR Y TENER UNA RELACIÓN DE CONFIANZA CON TU HIJO/A.